Nacieron en torno a 1970, cuando esta revolución tecnológica era ciencia ficción. Ahora estos ocho escritores (que podrían ser 80, u 800) conviven a diario con un instrumento poderosísimo, Internet, que entra en sus libros (y en sus vidas) de manera imparable. Quisimos hablar con ellos acerca del impacto que esta revolución está teniendo en su escritura. ¿Cómo ven que todo eso está afectando al trabajo propio y de sus colegas? Finalmente, ¿cuál es el futuro de esa batalla entre el papel y la pantalla?
Isaac Rosa: "Es cierto que para nuestra generación las tecnologías de la información tienen más peso que para las anteriores. Pero en realidad nos relacionamos con ellas de forma muy similar a nuestros hermanos mayores, con asombro, sin naturalidad". Y es un "malentendido" dice Rosa, eso de que sean "la primera generación de Internet". "Todos tenemos memoria personal de un cercano ancien regime en que no había Internet ni móviles, a diferencia de la generación de mis hijas, que no conoce otra cosa".
Afirma Ricardo Menéndez Salmón, como para resumir todas las respuestas: "Soy un convencido de la Red como generadora de opinión, discurso, información, conocimiento, expectativas e incluso falacias, las seis facetas. Dicho esto, reconozco también ser un fetichista del libro en su formato clásico. El libro, como objeto, se me antoja insustituible". Dice Elvira Navarro: "Los libros ya no se dan a conocer sólo a través de los suplementos literarios y de las revistas especializadas, sino también por medio de blogs y de páginas webs que, en según que casos, son a veces más importantes que las plataformas tradicionales". Pero, dice Elvira, "hay que tener en cuenta que estos factores dependen de que detrás haya alguien con criterio". Vicente Luis Mora dice: "Internet está enriqueciendo los formatos de comunicación, y es normal que se vaya incorporando gradualmente a la literatura". A él le proporciona soportes (mail, blogs) "que permiten la expresión escrita de los personajes y su respuesta en tiempo real, frente a la lentitud de la correspondencia postal".
La influencia es clara, dice Bruno Galindo. "Los medios de comunicación están en casi todo lo que he escrito; encuentro imposible hablar de temas actuales y obviar estos factores... Los medios de comunicación son ahora más importantes que la Literatura, del mismo raro modo en que hoy Las Vegas es más influyente que París". Dice Elvira: "No voy a meter con calzador ningún procedimiento que la obra no demande". Lo que ve en la red, lo que percibe, no juega un gran papel, "sino en lo pequeño, en el 'aire' que transmito en mi obra". "Lo que a mi me apasiona, en realidad, y lo que intento plasmar en mis textos, es la capacidad de la imaginación lingüística, entendida como el empleo de un lenguaje lo suficientemente resonante como para poder competir con lo icónico y con lo sonoro".
A Irene Zoe Alameda las nuevas tecnologías le han hecho otra escritora que la que hubiera sido. "Quien eche un vistazo a mis textos lo verá. La imaginación y sus contenidos, y los medios de que se vale para expresarse, están interrelacionados". Y es un hecho, dice, que "el universo referencial del escritor de hoy ha incorporado como tercer universo el virtual, que se une a los antiguos (el rural y el urbano)".
Fuente: www.elpais.com
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