En marzo, cuando César Farías elegía convocar al arquero del Anzoátegui, Leo Morales, una polémica se suscitó en Venezuela. Entonces, el técnico de la selección vinotinto aseguró que Renny Vega no estaba en sus planes. Fue justo después de que el portero se bajara de un partido del Caracas FC ante Vélez Sarsfield, por la Copa Libertadores y del encuentro que su equipo nacional perdió 3 a 0 con España. Y al número uno, de 32 años, esta decisión no le cayó bien. “Si no soy citado, será porque el entrenador cree que hay porteros mejores. Considero que no tengo que mostrarle nada a nadie”, disparó este oriundo de Maracay. La controversia se disolvió y hoy, bajo los tres palos, su figura es inamovible. Por eso esta noche, desde las 7:45 p.m., intentará que sus manos resguarden a la revelación del torneo en la semifinal frente a Paraguay, que se disputará en el estadio mundialista Malvinas Argentinas de Mendoza.
Al pie de la Cordillera, Vega volverá a ser el capitán de un equipo al que ya cuesta decirle Cenicienta porque sus jugadores llevan los zapatos bien puestos. “Mostramos que sabemos hacer algo más que telenovelas”, bromeó este portero que en 2000 fue adquirido por el Udinese italiano, pero nunca llegó a jugar un minuto en el calcio, y que emula a José Luis Chilavert y Rogerio Ceni, los arqueros más goleadores del continente. Lo dejó claro ante los paraguayos, justamente sus rivales de hoy, cuando cabeceó en el área de enfrente y le bajó la pelota a Grenddy Perozo, quien marcó el gol del milagroso empate venezolano cuando apenas quedaban segundos para el final del partido en el Padre Martearena de Salta.
“Ese gol me hizo acordar a Italchacao, donde marqué por primera vez. Me acordé de Ricardo Cavallieri, técnico del equipo, y de mi madre, que está en el cielo. Me elevé como Derrick Rose”, sostuvo, en referencia al base de los Chicago Bulls, estrella de la NBA.
Sí, claro. A Renny le gusta el baloncesto, pero no le da la altura. Así y todo, eligió un puesto para el que se requiere algunos centímetros más de los que tiene (174) en lugar del béisbol, el deporte más popular de su tierra.
Al pie de la Cordillera, Vega volverá a ser el capitán de un equipo al que ya cuesta decirle Cenicienta porque sus jugadores llevan los zapatos bien puestos. “Mostramos que sabemos hacer algo más que telenovelas”, bromeó este portero que en 2000 fue adquirido por el Udinese italiano, pero nunca llegó a jugar un minuto en el calcio, y que emula a José Luis Chilavert y Rogerio Ceni, los arqueros más goleadores del continente. Lo dejó claro ante los paraguayos, justamente sus rivales de hoy, cuando cabeceó en el área de enfrente y le bajó la pelota a Grenddy Perozo, quien marcó el gol del milagroso empate venezolano cuando apenas quedaban segundos para el final del partido en el Padre Martearena de Salta.
“Ese gol me hizo acordar a Italchacao, donde marqué por primera vez. Me acordé de Ricardo Cavallieri, técnico del equipo, y de mi madre, que está en el cielo. Me elevé como Derrick Rose”, sostuvo, en referencia al base de los Chicago Bulls, estrella de la NBA.
Sí, claro. A Renny le gusta el baloncesto, pero no le da la altura. Así y todo, eligió un puesto para el que se requiere algunos centímetros más de los que tiene (174) en lugar del béisbol, el deporte más popular de su tierra.
¿Le costó recuperar la confianza del entrenador?
Fue difícil. Es que después del partido con España, todos me liquidaron. Pero, bueno, yo escuché las críticas, las acepté y seguí trabajando con humildad. Por suerte, Farías entendió que una mala noche la tiene cualquiera y me dio una nueva oportunidad.
¿Venezuela es una revelación?
Ya dejamos de ser la Cenicienta, como nos decían hace muchos años. Quizá se sorprendan algunos, pero Venezuela se ganó un respeto. Y hay que valorarlo.
¿No es casualidad esta campaña que están protagonizando?
No, para nosotros no es una sorpresa lo que está haciendo Venezuela. Con humildad y trabajo llegamos a esta realidad. Nos costó mucho esfuerzo.
Fueron de menor a mayor, ¿llegaron a su techo?
La nuestra es como una escalera hacia la cima. Ahora estamos escalando y nos queda subir dos pisos más. Esperamos llegar bien alto. Por momentos, vamos avanzando bien y ojalá no nos caigamos. No nos conformamos con lo que hicimos hasta ahora. Sería de mediocres. Queremos más y más.
Fue difícil. Es que después del partido con España, todos me liquidaron. Pero, bueno, yo escuché las críticas, las acepté y seguí trabajando con humildad. Por suerte, Farías entendió que una mala noche la tiene cualquiera y me dio una nueva oportunidad.
¿Venezuela es una revelación?
Ya dejamos de ser la Cenicienta, como nos decían hace muchos años. Quizá se sorprendan algunos, pero Venezuela se ganó un respeto. Y hay que valorarlo.
¿No es casualidad esta campaña que están protagonizando?
No, para nosotros no es una sorpresa lo que está haciendo Venezuela. Con humildad y trabajo llegamos a esta realidad. Nos costó mucho esfuerzo.
Fueron de menor a mayor, ¿llegaron a su techo?
La nuestra es como una escalera hacia la cima. Ahora estamos escalando y nos queda subir dos pisos más. Esperamos llegar bien alto. Por momentos, vamos avanzando bien y ojalá no nos caigamos. No nos conformamos con lo que hicimos hasta ahora. Sería de mediocres. Queremos más y más.
¿Se puede ser campeón?
Todo el que compite lucha por ser campeón. Entonces, ¿por qué no ilusionarnos nosotros?
¿En qué cambió el fútbol venezolano para llegar a este presente tan exitoso?
Venezuela está creciendo poco a poco. Va mejorando todo el tiempo, a medida que pasan los días. Se trabaja con mayor dedicación y profesionalismo que hace diez años. El compromiso es general. De todos. Y hay una gran cantidad de jugadores venezolanos en el exterior, algo que era muy poco común en otros tiempos. Eso también es clave.
¿Cómo imagina el partido con Paraguay?
Será duro. Así son los choques con los paraguayos. Sabemos que tenemos cosas por mejorar respecto al partido anterior. Sin embargo, me deja más satisfecho que en esta selección todos dejamos la vida y hacemos un gran sacrificio dentro del campo de juego.
¿Este puede ser el despegue para clasificarse al Mundial?
Ya lo hicimos en la Sub-20 y esperemos que el trabajo que estamos haciendo en esta Copa tenga una continuidad en las eliminatorias. Sería un sueño poder clasificar al Mundial de Brasil.
El Espectador.com
Todo el que compite lucha por ser campeón. Entonces, ¿por qué no ilusionarnos nosotros?
¿En qué cambió el fútbol venezolano para llegar a este presente tan exitoso?
Venezuela está creciendo poco a poco. Va mejorando todo el tiempo, a medida que pasan los días. Se trabaja con mayor dedicación y profesionalismo que hace diez años. El compromiso es general. De todos. Y hay una gran cantidad de jugadores venezolanos en el exterior, algo que era muy poco común en otros tiempos. Eso también es clave.
¿Cómo imagina el partido con Paraguay?
Será duro. Así son los choques con los paraguayos. Sabemos que tenemos cosas por mejorar respecto al partido anterior. Sin embargo, me deja más satisfecho que en esta selección todos dejamos la vida y hacemos un gran sacrificio dentro del campo de juego.
¿Este puede ser el despegue para clasificarse al Mundial?
Ya lo hicimos en la Sub-20 y esperemos que el trabajo que estamos haciendo en esta Copa tenga una continuidad en las eliminatorias. Sería un sueño poder clasificar al Mundial de Brasil.
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