Un público eufórico recibió al cantautor cubano Silvio Rodríguez la noche del jueves en el Carnegie Hall de Nueva York, donde el trovador deleitó a las 2.800 personas que acudieron a verlo tocar en vivo en Estados Unidos por primera vez en 30 años.
Con tres décadas más en la piel pero la voz intacta, el pionero de la nueva trova arrancó gritos y aplausos sostenidos, coros y continuas ovaciones, al ritmo de "El papalote", "Son desangrado", "Óleo de mujer con sombrero" o "La Maza", además de temas de su más reciente disco, "Segunda cita", como "Carta a Violeta Parra".
"Buenas noches", expresó Rodríguez tras inaugurar el concierto con "En el claro de la Luna", tras una breve introducción instrumental del trío de cuerdas pulsadas Trovarroco. "Perdonen que no hable inglés. Nada personal. Es una limitación que tengo", bromeó entre las risas y los alaridos del público.
"(Estamos) felices de estar aquí y de que ustedes, este público tremendo, increíblemente entusiasta ... (nos permita estar) complaciendo un ratito de sus vidas".
Rodríguez, una de las principales voces de la revolución cubana, suele escribir canciones con trasfondo político y como era de esperarse no faltó _ni dentro ni fuera del teatro_ algún comentario o manifestación.
"Hoy es el cumpleaños de Gerardo Hernández, un hombre que lleva más de 10 años preso a mi parecer injustamente", dijo el artista de 63 años en referencia a unos de cinco cubanos declarados culpables de espionaje en Estados Unidos en el 2001. "A él y a sus cuatro compañeros a quienes nosotros cubanos consideramos nuestros cinco héroes les quiero dedicar esta canción". Y tocó la "Canción del elegido" en lo que se convirtió quizás en el momento cumbre del evento.
Clásicos como "Te doy una canción", "Unicornio" y "Ojalá" fueron sin duda recibidos con gran emoción, y decenas de personas se abalanzaron por los pasillos del emblemático teatro hacia el escenario para fotografiar o apreciar un poquito más de cerca al legendario cantautor.
Desde niños que vinieron con sus padres hasta jóvenes y abuelos, una masa multigeneracional mantuvo por dos horas y media una sonrisa indeleble mientras Silvio cantaba, acompañado por Trovarroco, el baterista y percusionista Oliver Valdés y su esposa, la flautista y clarinetista Niurka González, que con sus dulces solos también fue generosamente aplaudida.
Algunos vinieron desde Miami sólo por el concierto, pues aunque Rodríguez se presenta próximamente en Orlando "no es lo mismo verlo en el Carnegie Hall", dijo Patricia Vila, una cubanoestadounidense de 41 años radicada en Florida. "Esto es muy histórico, que Silvio esté aquí en Estados Unidos", añadió su amigo y compatriota David Figueroa, de 24 años; ambos sentados en primera fila.
También hubo quienes arrojaron rosas rojas hacia el sencillo escenario, apenas decorado con unas delicadas luces proyectadas en el fondo en forma de plantas o flores. Del resto eran sólo los músicos, cada uno sentado en una silla con su respectivo instrumento, partitura en frente, dándole total protagonismo a cada canción.
Rodríguez, quien tocó la guitarra en algunos temas, se mostró evidentemente complacido con los continuos coros del público. "Están contratados", declaró en una ocasión. Y en otra se puso de pie para aplaudirlos, generando una ovación aún mayor.
Fuente: www.latercera.com
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