La animadora de televisión Viviana Gibelli, la locutora de radio Erika de la Vega, la actriz Elba Escobar, y un largo etcétera de figuras vinculadas al mundo del showbussines cumplieron el ritual: se levantaron, asistieron al centro de votación, sufragaron... y enviaron una imagen de su dedo morado a través del Twitter.
Acostumbrada a sufragar al final de la tarde, la locutora y actriz Ana María Simon decidió que esta vez iba a cambiar su modus operandi para incentivar a sus seguidores -que son 131 mil 126- a cumplir con su derecho al voto.
"Es la primera vez que voto tan temprano. Pero hace unos días pensé: ¿Con qué moral voy a decirle a la gente que se levante temprano a votar si yo lo hago tan tarde? Así que a las 8:47 de la mañana estaba votando en el Colegio Santo Tomás de Villanueva", cuenta Simon, quien sospecha que a través de @anamariasimon pudo haber incidido en alguno de sus seguidores en animarse a sufragar.
Luis Chataing, formado en ondas hertzianas y ahora todo un experto en redes sociales, no se conformó con enviar a la twittosfera la fotografía de su dedo manchado de morado: hizo un álbum con los meñiques de sus seguidores.
A él, que votó a las 7:00 de la mañana en el Colegio Cumbres de Santa Paula, se le ocurrió pedir a sus followers -ya tiene 392 mil 854, y sólo sigue a 24 personas- que cambiaran la fotografía de su avatar y colocaran el dedo morado, prueba de que habían votado en las elecciones de la Asamblea Nacional.
Y el resultado no se hizo esperar. "Aparecieron dedos por todos lados", dice en serio Chataing. "Así que a mi esposa comenzó a coleccionarlos y hasta se le ocurrió que hiciéramos un collage completo para que la gente se sintiera estimulada a salir a votar", agrega él, que a las 6:00 de la tarde publicó en @Luischataing el álbunm completo de imágenes.
Ácida como siempre, la periodista y caricaturista, de El Universal, Rayma Suprani, que votó a las 10:30 de la mañana en el Colegio de Médicos de Santa Fe -tiene 44 mil 940- envió temprano un mensaje a sus seguidores: "El seguidor que no me siga en ir a votar, no quiero que me siga más. ¿Me explico" y, acto seguido, comenzó a recibir imágenes de uñas y dedos pintados. "Los tuve chantajeados con que si no iban a votar les iba a echar un virus. Cuando yo terminé de votar me sentí mejor que si hubiera ido a un spa".
El Universal.com
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